Tengo que empezar diciendo algo, obvio para muchas personas, aunque sé no es común en el mundo arbitral, donde la auto exigencia y la búsqueda de la perfección forman parte del pan nuestro de cada día. Esto que te voy a decir no sólo es importante, sino vital en tu carrera: vas a cometer errores.
El error forma parte del Arbitraje
Si el error forma parte de la vida en general, imagínate en esta pasión que has decidido abrazar, donde tienes que tomar decisiones muy comprometidas en fracciones de segundo y bajo condiciones de mucho estrés. Cuanto antes aceptes que vas a cometer errores, mejor te va a ir. Porque podrás recuperarte antes y volver a concentrarte en el partido, y además trabajarás mejor a la hora de buscar soluciones para no volver a cometerlos en el futuro.
La gran mayoría de árbitros que conozco, y yo no he sido una excepción, llevan muy mal equivocarse. De hecho creo que es una particular manera que tenemos de mortificarnos y culpabilizarnos. Especialmente los árbitros latinos, donde nos encontramos nosotros. Hemos sido educados bajo la cultura y religión judeo-cristiana, donde el sentimiento de culpa es totalmente necesario si quieres entender cuál es nuestra manera de funcionar. Eso hace, en gran medida, que al cometer un error, empieces a martirizarte de manera casi masoquista con frases tan fortalecedoras y motivadoras (nótese que es ironía) del tipo: “cómo puede ser que no haya visto esa jugada”, “siempre me pasa lo mismo”, “otra vez me he colocado mal”, “lo ha visto todo el mundo menos yo” y otras lindezas que no hacen sino que pierdas tu concentración.
Los árbitros TOP no quedan eximidos del error
La cabeza juega muy malas pasadas durante los partidos, y eso se reduce, aunque no desaparece, con experiencia. Cuando arbitras buscas la perfección en tu actuación e intentas que tus errores tengan la menor incidencia posible, que no afecten sobretodo al marcador final. No hay vacuna para esto, por lo que, vuelvo a insistir, acepta que te vas a equivocar. Te diré algo más, muchos de los errores que cometas serán muy graves. Yo llevo arbitrando más de 25 años, y actualmente tengo el privilegio de estar entre el TOP10 mundial de mi deporte. Eso, que para muchos es un aval, no me exime del error, ni de que este error sea trascendente. Hace poco más de una semana estuve arbitrando la Final4 de la liga en España. La final acabó en el tiempo reglamentario con un empate a dos goles y nuestro reglamento dispone que el desempate se realiza a través de los llamados shootouts (penales australianos). Un 1 a 1 entre el delantero y el portero durante 8 segundos. La ronda fue bastante turbulenta, en tres de los siete tiros lanzados tuvimos que resolverlo pitando la pena máxima, y no suele ser muy habitual, un poco más de presión ante una situación ya de por sí bastante tensa. En el octavo lanzamiento el delantero se escoró hacia un ángulo donde yo no tenía buena visión y me pareció que el portero golpeo al delantero. Yo cobré pena máxima. Me equivoqué. El tanto decisivo subió al marcador, un equipo ganó por un error mío. Después de más de 25 años, después de infinidad de finales, y de experiencia internacional, me equivoqué en una decisión que fue vital para que un equipo ganara y el otro no.
Y ya entramos en el meollo del asunto.
¿Cómo recuperar la concentración después de cometer un error?
Yo he aprendido a no perder la concentración después de cometer el error durante el partido. Lo que no he aprendido todavía es a hacerlo horas después, cuando el error se hace evidente gracias a un video y se me cae el mundo encima. Puedo pasarme varios días durmiendo mal y bastantes más días dándole vueltas a la cabeza, primero preguntándome por qué me equivoqué, y después, cómo voy a hacer para que eso no me vuelva a suceder. Voy a explicaros pues cómo puedes volver a concentrarte después de cometer un error.
El diálogo Interno
Al cometer el error das pie al diálogo interno, dejas de prestar tu atención al desarrollo del juego para estar mirándote el ombligo (en sentido figurado. Vamos, que sólo prestas atención a tu diálogo). Quiero aprovechar para recordarte una cosa: lo más importante que tienes que hacer en ese momento es tener toda tu atención en el juego. Así de simple, y así de complicado en esos momentos cuando el error aparece.
Cuando facilitas el diálogo interno, y empiezas esa conversación ruinosa, sólo aumentas la posibilidad de cometer nuevos errores. Y créeme, estos serán cada vez más importantes, más terribles y estarás más y más desconcentrado. Un círculo malicioso.
El truco que apliqué, y a día de hoy todavía empleo, es permitirme un número de errores por partido. Ya eres árbitro, por lo que sabes perfectamente que durante un partido te vas a equivocar unas pocas veces. Es por ello que este truco se basa en situar un límite de errores máximos a cometer; eso te permitirá descargar mucha culpa (recuerda lo que comenté sobre judeo-cristianos). En mi caso estimé que tomaba unas 200 decisiones por partido (estoy seguro que son muchas más, ya que no pitar algo también es una decisión) y me permití un porcentaje de error, o tolerancia (no se por qué, me gusta más esta segunda palabra…) de un 5 % sobre estas acciones. O sea, que podría equivocarme un 5 % de todas las decisiones que tomara. ¿Por qué un 5 %? En primer lugar porque leí en un estudio que un atleta profesional que acertara un 95 % de sus decisiones, implicaba que había tenido una actuación excelente. En segundo lugar porque la inmensa mayoría tenemos 10 dedos en nuestras manos. Y 10 es precisamente el 5 % de 200. Sí, lo se, la primera razón es mucho más glamurosa, pero la segunda es mucho más práctica, ¿no crees?
La técnica para aparcar el error
Voy a explicar cuál es el procedimiento. Cuando siento que me he equivocado en alguna decisión, entonces descuento y me digo “un error, me quedan nueve. Después del partido analizaré qué ha sucedido” y me resulta tremendamente fácil volver al partido. Puede sonar estúpido, sin embargo es súper útil. Con esto envío a mi cerebro dos mensajes: El error estaba dentro de los límites establecidos y que después del partido voy a analizar qué ha pasado para buscar soluciones. Nunca he pasado de la primera mano de errores, y aplicar este truco me aporta mucho descargo y tranquilidad durante mis partidos, especialmente los más tensos.
Deja de dar vueltas y vueltas a los errores y empieza a aceptarlos. Concédete un índice de error del 5 % para empezar, es muy buen porcentaje. Reconcíliate y acepta que te vas a equivocar, sino nunca podrás avanzar en tu carrera. Además será muy difícil, incluso insoportable, pasar una velada contigo después de que hayas tenido un día en que creas has cometido “muchos errores”.
Recuerda, arbitra con pasión y… Disfruta!
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